Que Paso En 1810 En Argentina?
Andrey Kiligann
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Argentina indígena La población del actual territorio argentino a la llegada de los españoles a principios del siglo XVI sumaba unas 330. 000 personas agrupadas en una veintena de grupos étnicos. Los habitantes del Noroeste, de las Sierras Centrales y de la Mesopotamia practicaban la agricultura, mientras que el resto del territorio estaba ocupado por grupos de cazadores-recolectores. Las culturas más extendidas fueron los diaguitas al Noroeste, los guaraníes, los tupíes, los tobas y los guaycurúes en el Noreste, los pampas en el centro y los tehuelches, mapuches y onas en el Sur.
Conquista y colonia (1492-1776) En 1536 Don Pedro de Mendoza fundó Santa María de los Buenos Ayres, la primera ciudad argentina. La miseria y el hambre doblegaron a Mendoza y su gente y Buenos Aires quedó despoblada hasta su segunda fundación por Juan de Garay en 1580.
Las ciudades argentinas fueron fundadas por conquistadores que provenían de distintas zonas de América. La corriente pobladora del este, llegada desde España, tomó como base de operaciones la ciudad de Asunción y fundó las ciudades litorales. La que vino desde el Perú ocupó el Tucumán, como se llamaba entonces a todo el Noroeste argentino. Virreinato (1776-1810) Lo que hoy es la Argentina perteneció al virreinato del Perú hasta que en 1776 el rey Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata, cuyo primer virrey fue Pedro de Ceballos. La capital, Buenos Aires, se convirtió en un gran puerto comercial y se incrementó notablemente la exportación de cueros, tasajo y de la plata proveniente de las minas del Potosí. El sistema de monopolio impuesto por España prohibía comerciar con otro país que no fuera la propia España.
- Las ciudades cuyanas fueron fundadas por la corriente proveniente de Chile;
- Esto encarecía notablemente los productos y complicaba la exportación al tiempo que fomentaba el contrabando a gran escala;
- En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que fueron rechazadas por el pueblo de Buenos Aires, alistado en milicias de criollos y españoles;
En cada milicia, los jefes y oficiales fueron elegidos democráticamente por sus integrantes. Las milicias se transformaron en centros de discusión política. Independencia (1810-1820) Las invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y que no podía ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias.
La ocupación francesa de España por Napoleón, la captura de del Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla decidieron a los criollos a actuar. El 25 de mayo de 1810 se formó la Primera Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra, que puso fin al período virreinal.
Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevó adelante una política revolucionaria tendiente a fomentar el libre comercio y a sentar las bases para una futura independencia. Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se suceden los gobiernos (Primera Junta (1810), Junta Grande (1811), Triunviratos (1811-1814) y el Directorio (1814-1820) que no pueden consolidar su poder y deben hacer frente a la guerra contra España.
- En esta lucha se destacaron Manuel Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de Güemes;
- Las campañas sanmartinianas terminaron, tras liberar a Chile, con el centro del poder español de Lima;
El 9 de julio de 1816 un congreso de diputados de las Provincias Unidas proclamó la independencia y en 1819 dictó una constitución centralista que despertó el enojo de las provincias, celosas de su autonomía. Era de Rivadavia (1820-1829) A partir de 1819 en el país se fueron definiendo claramente dos tendencias políticas: los federales, partidarios de las autonomías provinciales, y los unitarios, partidarios del poder central de Buenos Aires.
Estas disputas políticas desembocaron en una larga guerra civil cuyo primer episodio fue la batalla de Cepeda en febrero de 1820, cuando los caudillos federales de Santa Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos, Francisco Ramírez, derrocaron al directorio.
A partir de entonces, cada provincia se gobernó por su cuenta. La principal beneficiada por la situación fue Buenos Aires, la provincia más rica, que retuvo para sí las rentas de la Aduana y los negocios del puerto. Época de Rosas (1829-1852) En 1829 uno de los estancieros más poderosos de la provincia, Juan Manuel de Rosas, asumió la gobernación de Buenos Aires y ejerció una enorme influencia sobre todo el país.
A partir de entonces y hasta su caída en 1852, retuvo el poder en forma autoritaria, persiguiendo duramente a sus opositores y censurando a la prensa, aunque contando con el apoyo de amplios sectores del pueblo y de las clases altas porteñas.
Durante el rosismo creció enormemente la actividad ganadera bonaerense, las exportaciones y algunas industrias del interior que fueron protegidas gracias a la Ley de Aduanas. Rosas se opuso a la organización nacional y a la sanción de una constitución, porque ello hubiera significado el reparto de las rentas aduaneras al resto del país y la pérdida de la hegemonía porteña.
Buenos Aires y la Confederación (1852-1862) Justo José de Urquiza era gobernador de Entre Ríos, una provincia productora de ganado como Buenos Aires que se veía seriamente perjudicada por la política de Rosas, que no permitía la libre navegación de los ríos y frenaba el comercio y el desarrollo provinciales.
En 1851, Urquiza se pronunció contra Rosas y formó, con ayuda brasileña, el Ejercito Grande con el que derrotó definitivamente a Rosas en Caseros el 3 de febrero de 1852. Urquiza convocó a un Congreso Constituyente en Santa Fe que en mayo de 1853 sancionó la Constitución Nacional.
Pero aunque ya no estaba Rosas, los intereses de la clase alta porteña seguían siendo los mismos y Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina dieron un golpe de estado, conocido como la «Revolución del 11 de Septiembre de 1852».
A partir de entonces, el país quedó por casi diez años dividido en dos: el Estado de Buenos Aires y la Confederación (el resto de las provincias con capital en Paraná). La separación duró casi diez años, hasta que en septiembre de 1861, el líder porteño Bartolomé Mitre derrotó a Urquiza en Pavón y unificó al país bajo la tutela porteña.
Organización nacional (1862-1880) Luego de la batalla de Pavón se sucedieron los gobiernos de Bartolomé Mitre (1862-68), Domingo F. Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-1880), quienes concretaron la derrota de las oposiciones del interior, la ocupación del todo el territorio nacional y la organización institucional del país fomentando la educación, la agricultura, las comunicaciones, los transportes, la inmigración y la incorporación de la Argentina al mercado mundial como proveedora de materias primas y compradora de manufacturas.
República liberal (1880-1916) En 1880 llegó al poder el general Julio A. Roca, quien consolidó el modelo económico agroexportador y el modelo político conservador basado en el fraude electoral y la exclusión de la mayoría de la población de la vida política.
Se incrementaron notablemente las inversiones inglesas en bancos, frigoríficos y ferrocarriles y creció nuestra deuda externa. En 1890 se produjo una grave crisis financiera en la que se cristalizaron distintas oposiciones al régimen gobernante.
⚔️ REVOLUCIÓN DE MAYO 1810 en 8 Minutos ?? | Resumen COMPLETO
Por el lado político, la Unión Cívica Radical luchaba por la limpieza electoral y contra la corrupción, mientras que, por el lado social, el movimiento obrero peleaba por la dignidad de los trabajadores desde los gremios socialistas y anarquistas. La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el creciente descontento social, expresado por innumerables huelgas, llevaron a un sector de la clase dominante a impulsar una reforma electoral para calmar los ánimos y trasladar la discusión política de las calles al parlamento.
En 1912, el presidente Roque Sáenz Peña logró la sanción de la ley que lleva su nombre y que estableció el voto secreto y obligatorio. Primeros gobiernos radicales (1916-1930) La aplicación de la Ley Sáenz Peña hizo posible la llegada del radicalismo al gobierno.
Los radicales gobernaron el país entre 1916 y 1930 bajo las presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) (1928-1930) y Marcelo T. de Alvear (1922-1928), e impulsaron importantes cambios tendientes a la ampliación de la participación ciudadana, la democratización de la sociedad, la nacionalización del petróleo y la difusión de la enseñanza universitaria.
- El período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves condiciones de vida de los trabajadores;
- Algunas de sus protestas, como la de la Semana Trágica y la de la Patagonia, fueron duramente reprimidas con miles de trabajadores detenidos y centenares de muertos;
Década infame (1930-1943) El 6 de septiembre de 1930 los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo encabezaron un golpe de estado, apoyado por grupos políticos conservadores, y expulsaron del gobierno a Yrigoyen, inaugurando un período en el que volvió el fraude electoral y la exclusión política de las mayorías.
- En 1933 se firmó el Pacto Roca-Runciman con Inglaterra, que aumentó enormemente la dependencia Argentina con ese país;
- Se sucedieron los gobiernos conservadores (el general Uriburu, entre 1930 y 1932; el general Justo, entre 1932 y 38; Roberto Ortiz, entre 1938 y 1942, y Ramón Castillo, entre 1942 y 1943), que se desentendieron de los padecimientos de los sectores populares y beneficiaron con sus políticas a los grupos y familias más poderosas del país;
Ascenso y auge del peronismo (1943-1955) En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó al presidente Castillo. Dentro de este grupo se destacó el coronel Juan Domingo Perón, quien, desde la secretaría de Trabajo y Previsión, llevó adelante un política tendiente a mejorar la legislación laboral y social (vacaciones pagas, jubilaciones, tribunales de trabajo).
- El apoyo popular a Perón lo condujo al gobierno en las elecciones de 1946;
- Durante sus dos presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón, que ejerció el poder limitando el accionar de la oposición y censurando a la prensa, impulsó una política que combinaba el impulso de la industria, el empleo, las comunicaciones y los transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón a través de la construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños y ancianos, y ayuda económica para los más pobres;
“Revolución libertadora” (1955-1958) En 1955 un golpe militar con amplio apoyo político y social derrocó a Perón, quien marchó al exilio. Tras el breve interregno de Lonardi, militar de corte nacionalista y católico, un nuevo golpe de comando puso al Ejército, representado por Pedro Eugenio Aramburu, y a la Marina, representada por Isaac Rojas, a la cabeza de un gobierno, cuyo objetivo medular era eliminar al peronismo de la vida nacional, apuntando fundamentalmente al movimiento obrero.
El decreto 4161 y los fusilamientos de junio de 1956, máxima expresión de la reacción, se combinaron con la reforma de la constitución (1957) y la implementación de un proyecto económico liberal ideado por Raúl Prebisch, que buscaba desmontar el modelo peronista y lograr la “estabilización” económica con el respaldo del FMI.
En este marco de violenta persecución, comenzó la denominada “resistencia peronista”, que se extendió también a numerosos sectores populares no peronistas. No sin oposición interna, el régimen militar concedió una apertura electoral que creyó controlar y que dio paso al período de las democracias condicionadas encabezadas por gobiernos radicales.
Frondizi e Illia (1958-1966) En 1958 el líder de la Unión Cívica Radical Intransigente, Arturo Frondizi, llegó al gobierno tras sellar una alianza con Perón. Sin embargo, su política desarrollista, llevada a cabo mediante la contratación de empresas extranjeras para la extracción de petróleo y la gestión de un crédito del FMI, condicionado a la implementación de medidas liberales, no tardaron en granjearle la hostilidad del peronismo.
Para hacer frente a las manifestaciones de descontento, el gobierno puso en marcha el “plan Conintes”, que otorgó al Ejército la facultad de arrestar, detener e interrogar a gremialistas y opositores. Su política exterior y el triunfo del peronismo en las elecciones de 1962 precipitaron un nuevo golpe de estado.
Procurando salvar la institucionalidad, asumió el presidente del Senado, el radical José María Guido, cuyo gobierno estuvo tutelado desde las filas castrenses. Las elecciones presidenciales de 1963, con proscripción del peronismo, llevaron a la presidencia a Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical del Pueblo.
La anulación de los contratos petroleros, la Ley de Medicamentos y un aumento en la inversión en salud y educación cosecharon hostilidad en el empresariado. El peronismo, especialmente su base sindical, y la prensa llevaron adelante una fuerte campaña contra el líder radical, dejando el terreno libre para que, una vez más las Fuerzas Armadas, asestaran un nuevo golpe a la democracia.
- El 28 de junio de 1966, Juan Carlos Onganía asumió de facto el mando del país;
- Contaba, una vez más, con amplio apoyo político y social;
- La “Revolución argentina” (1966-1973) El general Juan Carlos Onganía aplicó, con apoyo del FMI, un fuerte programa liberal orientado a satisfacer los intereses de los grandes grupos económicos, al tiempo que, bajo los auspicios de la Doctrina de la Seguridad Nacional impulsada por Estados Unidos, convirtió la persecución del peronismo en la del comunismo y de las guerrillas;
Implantó una rígida censura, que alcanzó a toda la prensa y a todas las manifestaciones culturales, incluyendo la intervención de las universidades y la expulsión de profesores opositores, que derivó en lo que se conoce como la “fuga de cerebros”. Sin embargo, las movilizaciones estudiantiles, las insurrecciones populares (como el Cordobazo) y la organización guerrillera debilitaron al gobierno provocando un golpe interno.
- En junio de 1970 asumiría Roberto Levingston, de corte nacionalista, que no lograría contener las protestas populares y la actividad guerrillera;
- Una segunda manifestación popular en Córdoba, conocida como el “Viborazo”, dio por tierra con este nuevo gobierno;
En marzo de 1971, asumió Alejandro Agustín Lanusse, quien propugnó una política conciliatoria, a través del GAN (Gran Acuerdo Nacional), permitiendo el regreso de Juan Domingo Perón y convocando a elecciones nacionales sin proscripciones para el peronismo.
En marzo de 1973, el triunfo sería para los candidatos de esa fuerza, Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima. Vuelta de Perón (1973-1976) Entre 1973 y 1976 gobernó nuevamente el peronismo con cuatro presidentes (Cámpora, 1973; Lastiri, 1973; Perón, 1973-1974; e Isabel Perón 1974-1976), quienes intentaron retomar algunas de las medidas sociales del primer peronismo, como el impulso de la industria y la acción social, el mejoramiento de los sueldos y el control de precios.
Pero los conflictos internos del movimiento peronista y la guerrilla, sumados a la crisis económica mundial de 1973, complicaron la situación, que se agravó aún más con la muerte de Perón en 1974 y la incapacidad de su sucesora, Isabel Perón, de conducir el país.
Esta crisis fue aprovechada para terminar con el gobierno democrático y dar un nuevo golpe militar, que contó una vez más con un amplio respaldo civil. Dictadura (1976-1983) La dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983 contó con el decisivo respaldo de los grandes grupos económicos nacionales y el financiamiento permanente de los grandes bancos internacionales y los organismos internacionales de crédito, como el Banco Mundial y el FMI.
El saldo de su gestión fue el de miles de muertos y desaparecidos, centenares de miles de exiliados, la derrota del Ejército argentino en Malvinas, la multiplicación de la deuda externa por cinco, la destrucción de gran parte del aparato productivo nacional y la quiebra y el vaciamiento de la totalidad de las empresas públicas a causa de la corrupción de sus directivos y de la implementación de una política económica que beneficiaba a los grupos económicos locales y extranjeros.
Raúl Alfonsín (1983-1989) El 10 de diciembre de 1983, después de casi veinte años, el radicalismo volvía al gobierno tras el triunfo de Raúl Alfonsín. Empujado por la fuerza de los organismos de derechos humanos que nacían tras la feroz represión militar, el líder radical abrió las puertas a las denuncias y a una primera investigación sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, que se reflejó en el informe de la CONADEP y que permitió que fueran juzgadas las cúpulas militares en el Juicio a las Juntas.
Aunque insuficiente para algunos organismos, la política de derechos humanos de Alfonsín fue severamente atacada por amplios sectores militares, que produjeron el movimiento carapintada, los retrocesos hacia las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y el último intento guerrillero que culminó en la masacre de La Tablada.
Pero lo que había cambiado sustancialmente eran las bases económicas. Con el creciente poderío de los grupos financieros y un mecanismo de endeudamiento externo incontrolable, Alfonsín cedió ante las recetas liberales y no logró reencauzar una economía desindustrializada y anémica.
Con escaso apoyo social, frente a un peronismo conspirativo y con los grupos económicos en contra, la hiperinflación obligó a Alfonsín a renunciar antes de tiempo. Vendría el tiempo del “menemato”. Carlos Menem (1989-1999) La caída del Muro de Berlín y el fin de la era del mundo bipolar se combinaron con el avance de Estados Unidos hacia la región latinoamericana, cuya formulación más emblemática en materia económica fue el Consenso de Washington, una serie de medidas que establecían la aplicación en América Latina de un proyecto de corte neoliberal.
Carlos Menem, el candidato peronista que accedió a la presidencia en 1989, procedió paradójicamente a implementar este programa, que se encontraba en las antípodas de su prédica electoral y de los postulados históricos del peronismo.
La privatización de empresas estatales, como YPF, Aerolíneas Argentinas, Entel, Gas del Estado, entre otras, fue acompañada por una apertura indiscriminada del mercado a los productos y capitales extranjeros y por una política de “relaciones carnales” con los Estados Unidos.
El proyecto se completó con el Plan de Convertibilidad monetaria impulsado por Domingo Cavallo y las renegociaciones de la deuda externa, que provocaron una mayor dependencia y endeudamiento. El modelo suscitó el apoyo de los sectores medios, que inicialmente se vieron beneficiados por la política monetaria y de importación.
Pero pronto comenzaron a hacerse visibles los efectos devastadores en términos sociales y culturales, con una explosión de la desocupación y de la pobreza, y con la visibilidad e impunidad de la corrupción a gran escala. A ello se sumaba una política de “reconciliación” plasmada con los indultos a las cúpulas militares que implementaron el Terrorismo de Estado y también a las guerrilleras. .
¿Qué pasó en Argentina en el 1810?
La Semana de Mayo es la semana que transcurrió en Buenos Aires, entre el 18 y el 25 de mayo de 1810, que se inició con la confirmación de la caída de la Junta Suprema Central y desembocó en la destitución del virrey Cisneros y la asunción de la Primera Junta.
¿Qué fue lo que pasó en 1810?
Enlaces externos [ editar ] –
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¿Qué pasó el 25 de mayo de 1810 resumen?
La mañana del 25 de mayo de 1810, un grupo de criollos, reunidos en un cabildo abierto en la flamante ciudad de Buenos Aires, forjaba las raíces fundantes del nacimiento de la nación argentina.
¿Qué pasó el 25 de mayo de 1810 en Argentina para niños?
El 25 de mayo, día en que recuerda el comienzo de la gesta independentista en la Argentina , es una de las fechas más importantes de nuestro calendario y, por ello, es una oportunidad para reflexionar con los más chicos sobre la historia nacional. La posibilidad de la charla está servida, dado que suelen hacerse actos escolares para recordar lo que sucedió en la semana de mayo de 1810 y porque, por la trascendencia de lo ocurrido, el 25 de mayo es un feriado inamovible , por lo que los chicos estarán en casa disfrutando de un descanso escolar junto a sus padres, que tendrán -a su vez- un día de asueto.
Por eso, es una buena oportunidad para reflexionar qué pasó aquel día y qué cambió desde entonces en nuestro país. Primero que nada, es importante entender que la Argentina no existía como tal, sino que era parte del Virreinato del Río de la Plata: uno de los dominios coloniales en los que se dividía el continente sudamericano administrado, en ese entonces, por los reyes españoles.
Este territorio no solo contenía a nuestro país, sino que también estaba integrado por Bolivia, Uruguay, Paraguay y partes de Chile y Brasil. La capital de dicho virreinato estaba en Buenos Aires, por lo que los hechos que ocurrían allí tenían trascendencia en la totalidad del territorio y, eventualmente, en todo el continente. El Cabildo de Buenos Aires fue el escenario de los momentos más importantes de la Semana de Mayo Gentileza Ministerio de Cultura de la Nación Una congregación de personas a las afueras del Cabildo, el edificio donde se concentraba la autoridad real, pedía -en cambio- que se formara un Cabildo Abierto o una asamblea para definir cuáles serían los pasos a seguir. Esta posibilidad fue concedida el 22 de mayo. En aquel entonces, mientras que algunos querían permanecer bajo la tutela de alguna potencia colonial, en otras personas ya se avivaba la idea de la independencia nacional o, al menos, la renuncia del Virrey y la conformación de un gobierno formado por criollos.
- El 25 de mayo, se culminó un proceso que había comenzado el 18 de este mes , cuando el Virrey Cisneros (la autoridad colonial de España al frente de lo que hoy es nuestro país) pidió que la población se mantuviera leal a los reyes de España, que habían sido depuestos por Napoleón en Francia;
Por eso, cuando el 23 de mayo el Cabildo Abierto decidió formar una Junta de gobierno presidida por Cisneros, estalló la indignación. La posición del Virrey era débil y, al día siguiente, las protestas fueron tan fuertes que lograron la renuncia del español y de todos los demás miembros de la Junta.
Finalmente, el 25 de mayo culminó este proceso. La muchedumbre aguardaba afuera del Cabildo, ansiosa por saber qué ocurría puertas adentro del edificio que hoy se conserva en la Plaza de Mayo. La tensión se liberó y hubo festejos cuando se comunicó la decisión oficial: se formaría una Junta revolucionaria , luego llamada Primera Junta, que -como su nombre lo indica- fue el primer gobierno patrio formado por criollos.
Cornelio Saavedra ocupó el cargo de presidente de la Primera Junta. Los vocales fueron: Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea. El rol de secretarios lo completaron: Juan José Paso y Mariano Moreno. Cornelio Saavedra fue el elegido para presidir la Primera Junta Archivo La gesta independentista en nuestro país comenzó a escribirse a partir del 25 de mayo. Aunque en un principio la Primera Junta reconoció la autoridad del rey español depuesto , algunos historiadores sostienen que se trató de una estrategia para poder seguir con sus intenciones separatistas sin sufrir represalias. En esa época, en Brasil estaba instalada la Corte Real portuguesa, exiliada de su propio país por las invasiones napoleónicas.
Saavedra fue el encargado de hablar a la multitud de la plaza y anunciar la novedad que marcaría el inicio del camino hacia la independencia. Su conexión con el depuesto rey español, hacía que los miembros de la Primera Junta anduvieran con cuidado a la hora de expresar sus lealtades.
De cualquier manera, la Primera Junta exigió el reconocimiento de las otras provincias que conformaban el Virreinato. Por esto envió contingentes armados que llevaban las noticias de Buenos Aires y pedían el envío de representantes para sumar al nuevo gobierno.
Si bien la adhesión generó gran entusiasmo en muchos lugares, otras ciudades rechazaron su autoridad y pretendieron mantener la situación como había sido hasta entonces. Esto provocó frentes contrarrevolucionarios, los más importantes en Asunción, Córdoba y Montevideo.
Esto determinó los primeros enfrentamientos de la nueva revolución, los cuales forman parte de la historia grande de nuestro continente. En este contexto, se dio comienzo a un nuevo capítulo de la Guerra por la Independencia Hispanoamericana que enfrentó a quienes querían afianzar el nuevo gobierno con sede porteña y quienes pretendían mantener el viejo orden colonial..
¿Cómo era la sociedad en 1810 resumen?
Cómo estaba compuesta la sociedad en mayo de 1810 La sociedad estaba compuesta por los españoles, que conformaban la elite social, ocupaban los mejores puestos, algunos se dedicaban a la política, otros al comercio, tenían todos los derechos, podían estudiar libremente y vivían cómodamente.
¿Qué pasó en 1810 en el Río de la Plata?
Los criollos convocaron a una reunión del Cabildo y proclamaron, el 25 de mayo de 1810, y bajo el mando del general Manuel Belgrano, el fin del virreinato español sobre las provincias del Río de la Plata.
¿Qué pasó en Argentina entre 1810 y 1816?
Argentina indígena La población del actual territorio argentino a la llegada de los españoles a principios del siglo XVI sumaba unas 330. 000 personas agrupadas en una veintena de grupos étnicos. Los habitantes del Noroeste, de las Sierras Centrales y de la Mesopotamia practicaban la agricultura, mientras que el resto del territorio estaba ocupado por grupos de cazadores-recolectores. Las culturas más extendidas fueron los diaguitas al Noroeste, los guaraníes, los tupíes, los tobas y los guaycurúes en el Noreste, los pampas en el centro y los tehuelches, mapuches y onas en el Sur.
Conquista y colonia (1492-1776) En 1536 Don Pedro de Mendoza fundó Santa María de los Buenos Ayres, la primera ciudad argentina. La miseria y el hambre doblegaron a Mendoza y su gente y Buenos Aires quedó despoblada hasta su segunda fundación por Juan de Garay en 1580.
Las ciudades argentinas fueron fundadas por conquistadores que provenían de distintas zonas de América. La corriente pobladora del este, llegada desde España, tomó como base de operaciones la ciudad de Asunción y fundó las ciudades litorales. La que vino desde el Perú ocupó el Tucumán, como se llamaba entonces a todo el Noroeste argentino. Virreinato (1776-1810) Lo que hoy es la Argentina perteneció al virreinato del Perú hasta que en 1776 el rey Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata, cuyo primer virrey fue Pedro de Ceballos. La capital, Buenos Aires, se convirtió en un gran puerto comercial y se incrementó notablemente la exportación de cueros, tasajo y de la plata proveniente de las minas del Potosí. El sistema de monopolio impuesto por España prohibía comerciar con otro país que no fuera la propia España.
Las ciudades cuyanas fueron fundadas por la corriente proveniente de Chile. Esto encarecía notablemente los productos y complicaba la exportación al tiempo que fomentaba el contrabando a gran escala. En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que fueron rechazadas por el pueblo de Buenos Aires, alistado en milicias de criollos y españoles.
En cada milicia, los jefes y oficiales fueron elegidos democráticamente por sus integrantes. Las milicias se transformaron en centros de discusión política. Independencia (1810-1820) Las invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y que no podía ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias.
- La ocupación francesa de España por Napoleón, la captura de del Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla decidieron a los criollos a actuar;
- El 25 de mayo de 1810 se formó la Primera Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra, que puso fin al período virreinal;
Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevó adelante una política revolucionaria tendiente a fomentar el libre comercio y a sentar las bases para una futura independencia. Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se suceden los gobiernos (Primera Junta (1810), Junta Grande (1811), Triunviratos (1811-1814) y el Directorio (1814-1820) que no pueden consolidar su poder y deben hacer frente a la guerra contra España.
En esta lucha se destacaron Manuel Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de Güemes. Las campañas sanmartinianas terminaron, tras liberar a Chile, con el centro del poder español de Lima.
El 9 de julio de 1816 un congreso de diputados de las Provincias Unidas proclamó la independencia y en 1819 dictó una constitución centralista que despertó el enojo de las provincias, celosas de su autonomía. Era de Rivadavia (1820-1829) A partir de 1819 en el país se fueron definiendo claramente dos tendencias políticas: los federales, partidarios de las autonomías provinciales, y los unitarios, partidarios del poder central de Buenos Aires.
- Estas disputas políticas desembocaron en una larga guerra civil cuyo primer episodio fue la batalla de Cepeda en febrero de 1820, cuando los caudillos federales de Santa Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos, Francisco Ramírez, derrocaron al directorio;
A partir de entonces, cada provincia se gobernó por su cuenta. La principal beneficiada por la situación fue Buenos Aires, la provincia más rica, que retuvo para sí las rentas de la Aduana y los negocios del puerto. Época de Rosas (1829-1852) En 1829 uno de los estancieros más poderosos de la provincia, Juan Manuel de Rosas, asumió la gobernación de Buenos Aires y ejerció una enorme influencia sobre todo el país.
A partir de entonces y hasta su caída en 1852, retuvo el poder en forma autoritaria, persiguiendo duramente a sus opositores y censurando a la prensa, aunque contando con el apoyo de amplios sectores del pueblo y de las clases altas porteñas.
Durante el rosismo creció enormemente la actividad ganadera bonaerense, las exportaciones y algunas industrias del interior que fueron protegidas gracias a la Ley de Aduanas. Rosas se opuso a la organización nacional y a la sanción de una constitución, porque ello hubiera significado el reparto de las rentas aduaneras al resto del país y la pérdida de la hegemonía porteña.
- Buenos Aires y la Confederación (1852-1862) Justo José de Urquiza era gobernador de Entre Ríos, una provincia productora de ganado como Buenos Aires que se veía seriamente perjudicada por la política de Rosas, que no permitía la libre navegación de los ríos y frenaba el comercio y el desarrollo provinciales;
En 1851, Urquiza se pronunció contra Rosas y formó, con ayuda brasileña, el Ejercito Grande con el que derrotó definitivamente a Rosas en Caseros el 3 de febrero de 1852. Urquiza convocó a un Congreso Constituyente en Santa Fe que en mayo de 1853 sancionó la Constitución Nacional.
- Pero aunque ya no estaba Rosas, los intereses de la clase alta porteña seguían siendo los mismos y Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina dieron un golpe de estado, conocido como la «Revolución del 11 de Septiembre de 1852»;
A partir de entonces, el país quedó por casi diez años dividido en dos: el Estado de Buenos Aires y la Confederación (el resto de las provincias con capital en Paraná). La separación duró casi diez años, hasta que en septiembre de 1861, el líder porteño Bartolomé Mitre derrotó a Urquiza en Pavón y unificó al país bajo la tutela porteña.
- Organización nacional (1862-1880) Luego de la batalla de Pavón se sucedieron los gobiernos de Bartolomé Mitre (1862-68), Domingo F;
- Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-1880), quienes concretaron la derrota de las oposiciones del interior, la ocupación del todo el territorio nacional y la organización institucional del país fomentando la educación, la agricultura, las comunicaciones, los transportes, la inmigración y la incorporación de la Argentina al mercado mundial como proveedora de materias primas y compradora de manufacturas;
República liberal (1880-1916) En 1880 llegó al poder el general Julio A. Roca, quien consolidó el modelo económico agroexportador y el modelo político conservador basado en el fraude electoral y la exclusión de la mayoría de la población de la vida política.
- Se incrementaron notablemente las inversiones inglesas en bancos, frigoríficos y ferrocarriles y creció nuestra deuda externa;
- En 1890 se produjo una grave crisis financiera en la que se cristalizaron distintas oposiciones al régimen gobernante;
Por el lado político, la Unión Cívica Radical luchaba por la limpieza electoral y contra la corrupción, mientras que, por el lado social, el movimiento obrero peleaba por la dignidad de los trabajadores desde los gremios socialistas y anarquistas. La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el creciente descontento social, expresado por innumerables huelgas, llevaron a un sector de la clase dominante a impulsar una reforma electoral para calmar los ánimos y trasladar la discusión política de las calles al parlamento.
En 1912, el presidente Roque Sáenz Peña logró la sanción de la ley que lleva su nombre y que estableció el voto secreto y obligatorio. Primeros gobiernos radicales (1916-1930) La aplicación de la Ley Sáenz Peña hizo posible la llegada del radicalismo al gobierno.
Los radicales gobernaron el país entre 1916 y 1930 bajo las presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) (1928-1930) y Marcelo T. de Alvear (1922-1928), e impulsaron importantes cambios tendientes a la ampliación de la participación ciudadana, la democratización de la sociedad, la nacionalización del petróleo y la difusión de la enseñanza universitaria.
El período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves condiciones de vida de los trabajadores. Algunas de sus protestas, como la de la Semana Trágica y la de la Patagonia, fueron duramente reprimidas con miles de trabajadores detenidos y centenares de muertos.
Década infame (1930-1943) El 6 de septiembre de 1930 los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo encabezaron un golpe de estado, apoyado por grupos políticos conservadores, y expulsaron del gobierno a Yrigoyen, inaugurando un período en el que volvió el fraude electoral y la exclusión política de las mayorías.
En 1933 se firmó el Pacto Roca-Runciman con Inglaterra, que aumentó enormemente la dependencia Argentina con ese país. Se sucedieron los gobiernos conservadores (el general Uriburu, entre 1930 y 1932; el general Justo, entre 1932 y 38; Roberto Ortiz, entre 1938 y 1942, y Ramón Castillo, entre 1942 y 1943), que se desentendieron de los padecimientos de los sectores populares y beneficiaron con sus políticas a los grupos y familias más poderosas del país.
Ascenso y auge del peronismo (1943-1955) En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó al presidente Castillo. Dentro de este grupo se destacó el coronel Juan Domingo Perón, quien, desde la secretaría de Trabajo y Previsión, llevó adelante un política tendiente a mejorar la legislación laboral y social (vacaciones pagas, jubilaciones, tribunales de trabajo).
- El apoyo popular a Perón lo condujo al gobierno en las elecciones de 1946;
- Durante sus dos presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón, que ejerció el poder limitando el accionar de la oposición y censurando a la prensa, impulsó una política que combinaba el impulso de la industria, el empleo, las comunicaciones y los transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón a través de la construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños y ancianos, y ayuda económica para los más pobres;
“Revolución libertadora” (1955-1958) En 1955 un golpe militar con amplio apoyo político y social derrocó a Perón, quien marchó al exilio. Tras el breve interregno de Lonardi, militar de corte nacionalista y católico, un nuevo golpe de comando puso al Ejército, representado por Pedro Eugenio Aramburu, y a la Marina, representada por Isaac Rojas, a la cabeza de un gobierno, cuyo objetivo medular era eliminar al peronismo de la vida nacional, apuntando fundamentalmente al movimiento obrero.
El decreto 4161 y los fusilamientos de junio de 1956, máxima expresión de la reacción, se combinaron con la reforma de la constitución (1957) y la implementación de un proyecto económico liberal ideado por Raúl Prebisch, que buscaba desmontar el modelo peronista y lograr la “estabilización” económica con el respaldo del FMI.
En este marco de violenta persecución, comenzó la denominada “resistencia peronista”, que se extendió también a numerosos sectores populares no peronistas. No sin oposición interna, el régimen militar concedió una apertura electoral que creyó controlar y que dio paso al período de las democracias condicionadas encabezadas por gobiernos radicales.
- Frondizi e Illia (1958-1966) En 1958 el líder de la Unión Cívica Radical Intransigente, Arturo Frondizi, llegó al gobierno tras sellar una alianza con Perón;
- Sin embargo, su política desarrollista, llevada a cabo mediante la contratación de empresas extranjeras para la extracción de petróleo y la gestión de un crédito del FMI, condicionado a la implementación de medidas liberales, no tardaron en granjearle la hostilidad del peronismo;
Para hacer frente a las manifestaciones de descontento, el gobierno puso en marcha el “plan Conintes”, que otorgó al Ejército la facultad de arrestar, detener e interrogar a gremialistas y opositores. Su política exterior y el triunfo del peronismo en las elecciones de 1962 precipitaron un nuevo golpe de estado.
Procurando salvar la institucionalidad, asumió el presidente del Senado, el radical José María Guido, cuyo gobierno estuvo tutelado desde las filas castrenses. Las elecciones presidenciales de 1963, con proscripción del peronismo, llevaron a la presidencia a Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical del Pueblo.
La anulación de los contratos petroleros, la Ley de Medicamentos y un aumento en la inversión en salud y educación cosecharon hostilidad en el empresariado. El peronismo, especialmente su base sindical, y la prensa llevaron adelante una fuerte campaña contra el líder radical, dejando el terreno libre para que, una vez más las Fuerzas Armadas, asestaran un nuevo golpe a la democracia.
- El 28 de junio de 1966, Juan Carlos Onganía asumió de facto el mando del país;
- Contaba, una vez más, con amplio apoyo político y social;
- La “Revolución argentina” (1966-1973) El general Juan Carlos Onganía aplicó, con apoyo del FMI, un fuerte programa liberal orientado a satisfacer los intereses de los grandes grupos económicos, al tiempo que, bajo los auspicios de la Doctrina de la Seguridad Nacional impulsada por Estados Unidos, convirtió la persecución del peronismo en la del comunismo y de las guerrillas;
Implantó una rígida censura, que alcanzó a toda la prensa y a todas las manifestaciones culturales, incluyendo la intervención de las universidades y la expulsión de profesores opositores, que derivó en lo que se conoce como la “fuga de cerebros”. Sin embargo, las movilizaciones estudiantiles, las insurrecciones populares (como el Cordobazo) y la organización guerrillera debilitaron al gobierno provocando un golpe interno.
En junio de 1970 asumiría Roberto Levingston, de corte nacionalista, que no lograría contener las protestas populares y la actividad guerrillera. Una segunda manifestación popular en Córdoba, conocida como el “Viborazo”, dio por tierra con este nuevo gobierno.
En marzo de 1971, asumió Alejandro Agustín Lanusse, quien propugnó una política conciliatoria, a través del GAN (Gran Acuerdo Nacional), permitiendo el regreso de Juan Domingo Perón y convocando a elecciones nacionales sin proscripciones para el peronismo.
- En marzo de 1973, el triunfo sería para los candidatos de esa fuerza, Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima;
- Vuelta de Perón (1973-1976) Entre 1973 y 1976 gobernó nuevamente el peronismo con cuatro presidentes (Cámpora, 1973; Lastiri, 1973; Perón, 1973-1974; e Isabel Perón 1974-1976), quienes intentaron retomar algunas de las medidas sociales del primer peronismo, como el impulso de la industria y la acción social, el mejoramiento de los sueldos y el control de precios;
Pero los conflictos internos del movimiento peronista y la guerrilla, sumados a la crisis económica mundial de 1973, complicaron la situación, que se agravó aún más con la muerte de Perón en 1974 y la incapacidad de su sucesora, Isabel Perón, de conducir el país.
Esta crisis fue aprovechada para terminar con el gobierno democrático y dar un nuevo golpe militar, que contó una vez más con un amplio respaldo civil. Dictadura (1976-1983) La dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983 contó con el decisivo respaldo de los grandes grupos económicos nacionales y el financiamiento permanente de los grandes bancos internacionales y los organismos internacionales de crédito, como el Banco Mundial y el FMI.
El saldo de su gestión fue el de miles de muertos y desaparecidos, centenares de miles de exiliados, la derrota del Ejército argentino en Malvinas, la multiplicación de la deuda externa por cinco, la destrucción de gran parte del aparato productivo nacional y la quiebra y el vaciamiento de la totalidad de las empresas públicas a causa de la corrupción de sus directivos y de la implementación de una política económica que beneficiaba a los grupos económicos locales y extranjeros.
Raúl Alfonsín (1983-1989) El 10 de diciembre de 1983, después de casi veinte años, el radicalismo volvía al gobierno tras el triunfo de Raúl Alfonsín. Empujado por la fuerza de los organismos de derechos humanos que nacían tras la feroz represión militar, el líder radical abrió las puertas a las denuncias y a una primera investigación sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, que se reflejó en el informe de la CONADEP y que permitió que fueran juzgadas las cúpulas militares en el Juicio a las Juntas.
Aunque insuficiente para algunos organismos, la política de derechos humanos de Alfonsín fue severamente atacada por amplios sectores militares, que produjeron el movimiento carapintada, los retrocesos hacia las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y el último intento guerrillero que culminó en la masacre de La Tablada.
- Pero lo que había cambiado sustancialmente eran las bases económicas;
- Con el creciente poderío de los grupos financieros y un mecanismo de endeudamiento externo incontrolable, Alfonsín cedió ante las recetas liberales y no logró reencauzar una economía desindustrializada y anémica;
Con escaso apoyo social, frente a un peronismo conspirativo y con los grupos económicos en contra, la hiperinflación obligó a Alfonsín a renunciar antes de tiempo. Vendría el tiempo del “menemato”. Carlos Menem (1989-1999) La caída del Muro de Berlín y el fin de la era del mundo bipolar se combinaron con el avance de Estados Unidos hacia la región latinoamericana, cuya formulación más emblemática en materia económica fue el Consenso de Washington, una serie de medidas que establecían la aplicación en América Latina de un proyecto de corte neoliberal.
Carlos Menem, el candidato peronista que accedió a la presidencia en 1989, procedió paradójicamente a implementar este programa, que se encontraba en las antípodas de su prédica electoral y de los postulados históricos del peronismo.
La privatización de empresas estatales, como YPF, Aerolíneas Argentinas, Entel, Gas del Estado, entre otras, fue acompañada por una apertura indiscriminada del mercado a los productos y capitales extranjeros y por una política de “relaciones carnales” con los Estados Unidos.
- El proyecto se completó con el Plan de Convertibilidad monetaria impulsado por Domingo Cavallo y las renegociaciones de la deuda externa, que provocaron una mayor dependencia y endeudamiento;
- El modelo suscitó el apoyo de los sectores medios, que inicialmente se vieron beneficiados por la política monetaria y de importación;
Pero pronto comenzaron a hacerse visibles los efectos devastadores en términos sociales y culturales, con una explosión de la desocupación y de la pobreza, y con la visibilidad e impunidad de la corrupción a gran escala. A ello se sumaba una política de “reconciliación” plasmada con los indultos a las cúpulas militares que implementaron el Terrorismo de Estado y también a las guerrilleras. .
¿Qué pasó el 13 de mayo de 1810?
Luego de las invasiones inglesas y de la respectiva victoria de las tropas criollas ante éstas, un sentimiento de unidad y fuerza emergió entre la población rioplatense. España vivía desde 1808 el avance de tropas napoleónicas y su poder político y económico se debilitó en poco tiempo.
En efecto, sus colonias americanas se vieron desatendidas y desabastecidas durante todo este tiempo. El descontento entre los criollos de Buenos Aires crecía a la par de las pretensiones de organizar un gobierno autónomo y la práctica del libre comercio.
Así, un proceso intelectual, comercial y militar con ideas independentistas comenzó a desarrollarse en el Virreinato del Río de la Plata. El 13 de mayo de 1810 llegó la noticia de que Sevilla había caído en manos de las tropas de Napoleón. Sevilla era el último bastión del poder español y de esta manera el virrey Cisneros se vio obligado a ceder ante la iniciativa de los criollos revolucionarios de Buenos Aires que pedían una convocatoria a Cabildo Abierto.
Con una participación de aproximadamente doscientas cincuenta personas, el 22 de mayo se realizó una sesión de Cabildo Abierto en la que se decidió destituir al virrey Cisneros. El pueblo de Buenos Aires finalmente impuso su voluntad al Cabildo el 25 de mayo , creando una Junta de Gobierno integrada por Cornelio Saavedra, presidente; Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, Juan Larrea, vocales; y Juan José Paso y Mariano Moreno, secretarios.
Se iniciaba así el proceso revolucionario que desembocaría en la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816..
¿Qué pasó el 14 de mayo de 1810?
20 de Mayo de 2020 El 14 de mayo de 1810 llegó a Buenos Aires la fragata inglesa Mistletoe, trayendo periódicos que confirmaban ciertos rumores que ya circulaban con intensidad en Buenos Aires: la Junta Central de Sevilla, último bastión del poder español, había caído en manos de Napoleón. El viernes 18 el virrey Cisneros hizo leer por los pregoneros (la mayoría de la población era analfabeta) una proclama en la que advertía: “En el desgraciado caso de una total pérdida de la península, y falta del Supremo Gobierno” él asumiría el poder acompañado por otras autoridades de la Capital y todo el virreinato y se pondría de acuerdo con los otros virreyes de América para crear una Regencia Americana en representación de Fernando.
- Cisneros aclaró que lo movilizaba alcanzar la gloria de luchar en defensa del monarca contra toda dominación extraña y, finalmente, prevenía al pueblo sobre “los genios inquietantes y malignos que procuran crear divisiones”;
A medida que los porteños se fueron enterando de la gravedad de la situación, fueron subiendo de tono las charlas políticas en los cafés y en los cuarteles. La situación de Cisneros era cuestionada. La Junta que lo había nombrado virrey había desaparecido y la legitimidad de su mandato quedaba en duda.
- Mientras tanto, un grupo de patriotas que desde hacía tiempo se reunía secretamente en la jabonería Vieytes, notó que estos acontecimientos eran favorables para la acción, y resolvieron reunirse la misma noche del 18 en la casa de Rodríguez Peña para exigirle al virrey la convocatoria a un Cabildo Abierto para tratar la situación en que quedaba el virreinato después de los hechos de España;
En esa reunión, el grupo les encargó a Juan José Castelli y a Martín Rodríguez que se entrevistaran con Cisneros. Por la mañana, después de pasar la noche en vela en intensas reuniones, Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano le pidieron al Alcalde Lezica la convocatoria a un Cabildo Abierto.
- Por su parte, Juan José Castelli hizo lo propio ante el síndico Leiva;
- El domingo 20, el virrey Cisneros reunió a los jefes militares para pedirles su apoyo ante una posible rebelión, pero todos ellos se negaron a brindárselo;
Castelli y Martín Rodríguez insistieron con el pedido de Cabildo Abierto. El virrey calificó el pedido como una insolencia y un atrevimiento y quiso improvisar un discurso. Entonces, Rodríguez le advirtió que tenía cinco minutos para decidir. Cisneros respondió: “Ya que el pueblo no me quiere y el ejército me abandona, hagan ustedes lo que quieran” y convocó al Cabildo para el día 22 de mayo.
- Mientras, en el Café de los Catalanes y en La Fonda de las Naciones, se discutían posibles estrategias para seguir adelante;
- A las nueve de la mañana, como todos los días, se reunió el Cabildo para tratar los temas de la ciudad;
A minutos de iniciarse la reunión, los cabildantes tuvieron que interrumpirla. Afuera, en la Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo), había unos 600 hombres armados con pistolas y puñales que llevaban en sus sombreros el retrato de Fernando VII y, en sus solapas, una cinta blanca, símbolo de la unidad criollo-española desde la defensa de Buenos Aires.
- Domingo French y Antonio Luis Beruti lideraban este grupo de hombres que se hacía llamar la “Legión Infernal”;
- Lo que pedían a gritos era que se concretara la convocatoria al Cabildo Abierto;
- Los cabildantes accedieron al pedido de la multitud;
Leiva salió al balcón y anunció formalmente el Cabildo Abierto para el día siguiente. Pero los “infernales” no depusieron su actitud y siguieron con los gritos, que ahora pedían que el virrey fuera suspendido. Entonces, intervino el Jefe del regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra, quien logró calmarlos comprometiendo el apoyo militar a sus reclamos.
De los 450 invitados a participar del Cabildo Abierto, solo concurrieron 251. En la plaza, French, Beruti y los infernales esperan las novedades. La discusión fue álgida y empezaron los debates –que duraron unas cuatro horas– sobre si el virrey debía seguir en su cargo o no.
El primero en hacer uso de la palabra fue el Obispo Lué quien dijo que, mientras hubiera un español en América, los americanos le deberían obediencia. Juan José Castelli le contestó que habiendo caducado el poder Real, la soberanía debía volver al pueblo, que podía formar juntas de gobierno tanto en España como en América.
- El Fiscal de la Audiencia, Manuel Villota, advirtió que para poder tomar cualquier determinación había que consultar al resto del virreinato, confiando en que el interior del país sería favorable a la permanencia del virrey;
Juan José Paso respondió que no había tiempo que perder y que había que formar inmediatamente una junta de gobierno. La mayoría apoyaba la destitución del virrey, pero no había acuerdo sobre quién debía asumir el poder y por qué medios. Castelli propuso que fuera el pueblo a través del voto quien eligiese una junta de gobierno, mientras que el jefe de los Patricios, Cornelio Saavedra, proponía que el nuevo gobierno fuera organizado directamente por el Cabildo.
El debate del 22 fue muy acalorado y pasional, con ingredientes que fueron desde ideas conservadoras hasta revolucionarias, aderezadas con insultos, chiflidos, burlas y hasta escupitajos. Por la mañana, se reunió el Cabildo para contar los votos emitidos el día anterior y redactó un documento: “Hecha la regulación con el más prolijo examen resulta de ella que el Excmo.
Señor Virrey debe cesar en el mando y recae éste provisoriamente en el Excmo. Cabildo (…) hasta la erección de una Junta que ha de formar el mismo Excmo. Cabildo, en la manera que estime conveniente”. El Cabildo designó efectivamente una junta de gobierno presidida por el virrey e integrada por cuatro vocales: los españoles Juan Nepomuceno Solá y José de los Santos Inchaurregui y los criollos Juan José Castelli y Cornelio Saavedra.
Despreciaron absolutamente la voluntad popular, lo que provocó la reacción de las milicias y el pueblo. Castelli y Saavedra renunciaron. Tomás Guido cuenta, en sus memorias, el nerviosismo de Belgrano: “En estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido por el fuego de sangre generosa entró al comedor de la casa del señor Rodríguez Peña y lanzando una mirada en derredor de sí, y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada dijo: “Juro a la patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas”.
Por la noche, Castelli y Saavedra más una delegación de patriotas se presentaron en la casa de Cisneros y lograron su renuncia. La Junta quedó disuelta y se convocó nuevamente al Cabildo para la mañana siguiente. Cisneros sobre sus últimas horas como virrey: “En aquella misma noche, al celebrarse la primera sesión o acta del Gobierno, se me informó por alguno de los vocales que alguna parte del pueblo no estaba satisfecho con que yo obtuviese el mando de las armas, que pedía mi absoluta separación y que todavía permanecía en el peligro de conmoción, como que en el cuartel de Patricios gritaban descaradamente algunos oficiales y paisanos, y esto era lo que llamaban pueblo, (…).
- Yo no consentí que el gobierno de las armas se entregase como se solicitaba al teniente coronel de Milicias Urbanas Don Cornelio de Saavedra, arrebatándose de las manos de un general que en todo tiempo las habría conservado y defendido con honor y quien V;
M las había confiado como a su virrey y capitán general de estas provincias, y antes de condescender con semejante pretensión, convine con todos los vocales en renunciar los empleos y que el cabildo proveyese de gobierno”. Amaneció lluvioso y frío, o eso es lo que la historia nos contó.
Sin embargo, grupos de vecinos y milicianos, encabezados por Domingo French y Antonio Beruti, abrigados por las ideas revolucionarias que esparció en el mundo la Ilustración, se fueron juntando frente al Cabildo a la espera de noticias.
Algunos llevaban en sus pechos cintitas azules y blancas, que eran los colores que los patricios habían usado durante las invasiones inglesas. Pasaban las horas, continuaban las discusiones. El Cabildo había convocado a los jefes militares y estos le hicieron saber al cuerpo, a través de Saavedra, que no podían mantener en el poder a la Junta del 24 porque sus tropas no les responderían.
La gente comenzaba a irse de la plaza, entonces el síndico del Cabildo salió al balcón y preguntó: “¿Dónde está el pueblo?”. En esos momentos, Antonio Luis Beruti entró a la sala capitular seguido de algunos infernales y dijo: “Señores del Cabildo: esto ya pasa de juguete; no estamos en circunstancias de que ustedes se burlen de nosotros con sandeces.
Si hasta ahora hemos procedido con prudencia, ha sido para evitar desastres y efusión de sangre. El pueblo, en cuyo nombre hablamos, está armado en los cuarteles y una gran parte del vecindario espera en otras partes la voz para venir aquí. ¿Quieren ustedes verlo? Toque la campana y si es que no tiene badajo nosotros tocaremos generala y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya presencia echan de menos.
¡Sí o no! Pronto, señores, decirlo ahora mismo, porque no estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con las armas en la mano, no responderemos de nada. ” Poco después, se anunció una nueva Junta Gde gobierno.
El presidente era Cornelio Saavedra; los doctores Mariano Moreno y Juan José Paso eran sus secretarios; fueron designados seis vocales: Manuel Belgrano, Juan José Castelli, el militar Miguel de Azcuénaga, el sacerdote Manuel Alberti y los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu.
- Comenzaba una nueva etapa de nuestra historia;
- Saavedra recuerda en sus memorias que la Junta gobernaba en nombre de Fernando VII: ” Con las más repetidas instancias, solicité al tiempo del recibimiento se me excuse de aquel nuevo empleo, no sólo por falta de experiencia y de luces para desempeñarlo, sino también porque habiendo dado tan públicamente la cara en la revolución de aquellos días no quería se creyese había tenido particular interés en adquirir empleos y honores por aquel medio;
Por política fue preciso cubrir a la junta con el manto del señor Fernando VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus providencias y mandatos “. Pero se cree que esto era solo una estrategia a la que se llamó la “máscara de Fernando”: se decía que gobernaban en nombre del rey, pero en realidad querían declarar la independencia.
Sin embargo, creían que todavía no había llegado el momento. La máscara de Fernando se mantuvo hasta el 9 de julio de 1816. El ex virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia intentaron huir a Montevideo y unirse a Elío (que no acataba la autoridad de Buenos Aires), pero fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés.
Fuentes: Luna, Félix (1994). Breve historia de los argentinos. Buenos Aires (Argentina): Planeta. ISBN 950-742-415-6. Pigna, Felipe (2007). Los mitos de la historia argentina. Argentina: Grupo editorial Norma. ISBN 987-545-149-5. compartir.
¿Que sucedió en Buenos Aires en 1810?
En los primeros tiempos de la Revolución de Mayo iniciada en Buenos Aires en 1810, buena parte de los marinos comisionados por la Corona de los Reinos de España e Indias, que prestaban servicios en el entonces Virreinato del Río de la Plata, desconocieron a las autoridades de la Junta Provisional Gubernativa de la Capital del Río de la Plata, se concentraron en la ciudad de Montevideo y, desde allí, fueron partícipes en la lucha para restablecer el poder real en esos territorios.
- En la ciudadela de Montevideo se encontraba el Apostadero Español del Río de la Plata, Patagonia y Malvinas, fondeadero de los buques españoles;
- Los realistas dominaron la Banda Oriental y los ríos interiores de la cuenca del Plata hasta 1814;
Los patriotas contaron con improvisados medios navales, sus primeras escuadrillas fueron desarticuladas dado que las tripulaciones eran inexpertas, pero dominaron con sus ejércitos y milicias la banda occidental de la cuenca del Plata. Apostadero de Montevideo, vista de la Ciudadela desde el norte. Fuente: “Colección facticia de estampas de vistas de Hispanoamérica”, [1. 800-1. 899], que se encuentra en la Biblioteca Digital Hispánica.
¿Por qué se produjo la revolucion de mayo de 1810?
Causas – Entre las principales causas de la Revolución de Mayo se pueden identificar tanto factores internos como externos, a saber:
- La invasión francesa a España , en 1808, durante la cual Napoleón Bonaparte tomó prisionero al rey Carlos IV y a su heredero, Fernando VII, y los reemplazó por su hermano José Bonaparte. Esta maniobra, conocida como Farsa de Bayona , puso en crisis a la monarquía española y generó un vacío de poder en el Imperio colonial español.
- La extensión de los ideales de libertad e igualdad propagados por la Revolución Francesa, que influyeron en los criollos que impulsaron la Revolución de Mayo.
- El ejemplo de los colonos ingleses de América del Norte, que en 1776 proclamaron su independencia de Gran Bretaña y constituyeron los Estados Unidos, el primer país independiente de América.
- El descontento de los criollos tanto por la preferencia de la Corona por los peninsulares para ocupar los cargos más importantes de la administración colonial como por la vigencia del monopolio comercial.
- Las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, durante las cuales las autoridades españolas habían quedado desprestigiadas y los criollos habían tomado conciencia de su capacidad para luchar por su libertad.
- La destitución del virrey Sobremonte , exigida por el pueblo de Buenos Aires debido a su desempeño durante las Invasiones Inglesas, y su reemplazo por Santiago de Liniers, héroe de la Reconquista.
- La asonada de Álzaga de 1809, un intento fallido de destituir al virrey Santiago de Liniers, que dejó como antecedente la supresión de las milicias españolas y el fortalecimiento de las criollas.
¿Qué pasó el 24 de mayo de 1810 Resumen para niños?
Seguramente ya escuchaste hablar de la “Revolución de Mayo” o de algo que ocurrió un 25 de mayo de 1810 , lo que te proponemos en este ratito es que juntos aprendamos a entender este acontecimiento que fue el inicio del camino que culminaría con la declaración de la Independencia tiempo después.
- ¿Cómo era la situación de nuestro país en aquélla época? En aquélla época este lugar en el que vivimos, estaba gobernado por un rey, se llamaba Fernando, este rey vivía en España;
- Como el rey Fernando vivía muy lejos, había nombrado a un señor que no era rey sino “virrey”, que era la máxima autoridad en estas tierras y decidía lo que la gente debía hacer, su nombre era Baltasar Hidalgo de Cisneros;
Un día en el reino del Rey Fernando entraron ejércitos que provenían de Francia y lo tomaron prisionero. Cuando esto sucedió, algunas personas que vivían aquí, que eran militares, comerciantes, abogados y sacerdotes, decidieron reunirse para ver qué hacían.
- En realidad a estas personas no les agradaba que este Rey Fernando los mandase, porque no les dejaba hacer cosas, como leer libros que quisieran, vender cosas de sus negocios a quien quisieran y muchas otras cosas más;
Se reunieron entonces en un lugar llamado Cabildo. Éste se ocupaba en esa época de cuidar la ciudad. Ese día algunas personas se reunieron en la plaza que esta frente al Cabildo para ver qué iba a suceder. Pero todo esto no se realizó en un solo día, sino que se fue desarrollando en varios días, en lo que llamamos la “semana de mayo” que vamos a explicar aquí : Viernes 18 de mayo El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, alarmado por las noticias que llegaban de España, donde las tropas francesas habían invadido casi todo el territorio y tomado prisionero al monarca Fernando VII, le pidió al pueblo a través de una proclama que se mantenga fiel al rey de España. Sábado 19 de mayo Los criollos piden a las autoridades que se les permita realizar un Cabildo Abierto para tratar la situación y analizar los pasos a seguir. Una de las cuestiones a decidir era si el virrey Cisneros continuarían en el cargo o no.
Domingo 20 de mayo El virrey recibe a funcionarios del Cabildo, jefes militares y criollos, con quienes trata la convocatoria del Cabildo Abierto, la cual finalmente fue aceptada.
Lunes 21 de mayo El Cabildo invita a los principales vecinos a reunirse el día 22 en Cabildo Abierto.
Martes 22 de mayo El Cabildo abierto, después de largas discusiones, resuelve que el virrey cese en el mando. Miércoles 23 de mayo El Cabildo decide la creación de una junta de gobierno, la cual sería presidida por el ex virrey Cisneros.
Jueves 24 de mayo El pueblo no estaba conforme con la designación de Cisneros, y presionó a las autoridades para lograr la renuncia de éste. Se produce la renuncia de todos los miembros de la Junta.
Viernes 25 de mayo Los criollos se reúnen en la Plaza Mayor (actual Plaza de Mayo) para esperar la decisión del Cabildo, este día se forma una nueva Junta, la Primera Junta de gobierno, formada en su mayoría por criollos. De esta manera surge nuestro primer gobierno patrio.
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¿Cómo se llamaba nuestro país en el año 1810?
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¿Qué pasó en Argentina entre 1810 y 1820?
Argentina indígena La población del actual territorio argentino a la llegada de los españoles a principios del siglo XVI sumaba unas 330. 000 personas agrupadas en una veintena de grupos étnicos. Los habitantes del Noroeste, de las Sierras Centrales y de la Mesopotamia practicaban la agricultura, mientras que el resto del territorio estaba ocupado por grupos de cazadores-recolectores. Las culturas más extendidas fueron los diaguitas al Noroeste, los guaraníes, los tupíes, los tobas y los guaycurúes en el Noreste, los pampas en el centro y los tehuelches, mapuches y onas en el Sur.
- Conquista y colonia (1492-1776) En 1536 Don Pedro de Mendoza fundó Santa María de los Buenos Ayres, la primera ciudad argentina;
- La miseria y el hambre doblegaron a Mendoza y su gente y Buenos Aires quedó despoblada hasta su segunda fundación por Juan de Garay en 1580;
Las ciudades argentinas fueron fundadas por conquistadores que provenían de distintas zonas de América. La corriente pobladora del este, llegada desde España, tomó como base de operaciones la ciudad de Asunción y fundó las ciudades litorales. La que vino desde el Perú ocupó el Tucumán, como se llamaba entonces a todo el Noroeste argentino. Virreinato (1776-1810) Lo que hoy es la Argentina perteneció al virreinato del Perú hasta que en 1776 el rey Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata, cuyo primer virrey fue Pedro de Ceballos. La capital, Buenos Aires, se convirtió en un gran puerto comercial y se incrementó notablemente la exportación de cueros, tasajo y de la plata proveniente de las minas del Potosí. El sistema de monopolio impuesto por España prohibía comerciar con otro país que no fuera la propia España.
Las ciudades cuyanas fueron fundadas por la corriente proveniente de Chile. Esto encarecía notablemente los productos y complicaba la exportación al tiempo que fomentaba el contrabando a gran escala. En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que fueron rechazadas por el pueblo de Buenos Aires, alistado en milicias de criollos y españoles.
En cada milicia, los jefes y oficiales fueron elegidos democráticamente por sus integrantes. Las milicias se transformaron en centros de discusión política. Independencia (1810-1820) Las invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y que no podía ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias.
- La ocupación francesa de España por Napoleón, la captura de del Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla decidieron a los criollos a actuar;
- El 25 de mayo de 1810 se formó la Primera Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra, que puso fin al período virreinal;
Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevó adelante una política revolucionaria tendiente a fomentar el libre comercio y a sentar las bases para una futura independencia. Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se suceden los gobiernos (Primera Junta (1810), Junta Grande (1811), Triunviratos (1811-1814) y el Directorio (1814-1820) que no pueden consolidar su poder y deben hacer frente a la guerra contra España.
- En esta lucha se destacaron Manuel Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de Güemes;
- Las campañas sanmartinianas terminaron, tras liberar a Chile, con el centro del poder español de Lima;
El 9 de julio de 1816 un congreso de diputados de las Provincias Unidas proclamó la independencia y en 1819 dictó una constitución centralista que despertó el enojo de las provincias, celosas de su autonomía. Era de Rivadavia (1820-1829) A partir de 1819 en el país se fueron definiendo claramente dos tendencias políticas: los federales, partidarios de las autonomías provinciales, y los unitarios, partidarios del poder central de Buenos Aires.
- Estas disputas políticas desembocaron en una larga guerra civil cuyo primer episodio fue la batalla de Cepeda en febrero de 1820, cuando los caudillos federales de Santa Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos, Francisco Ramírez, derrocaron al directorio;
A partir de entonces, cada provincia se gobernó por su cuenta. La principal beneficiada por la situación fue Buenos Aires, la provincia más rica, que retuvo para sí las rentas de la Aduana y los negocios del puerto. Época de Rosas (1829-1852) En 1829 uno de los estancieros más poderosos de la provincia, Juan Manuel de Rosas, asumió la gobernación de Buenos Aires y ejerció una enorme influencia sobre todo el país.
A partir de entonces y hasta su caída en 1852, retuvo el poder en forma autoritaria, persiguiendo duramente a sus opositores y censurando a la prensa, aunque contando con el apoyo de amplios sectores del pueblo y de las clases altas porteñas.
Durante el rosismo creció enormemente la actividad ganadera bonaerense, las exportaciones y algunas industrias del interior que fueron protegidas gracias a la Ley de Aduanas. Rosas se opuso a la organización nacional y a la sanción de una constitución, porque ello hubiera significado el reparto de las rentas aduaneras al resto del país y la pérdida de la hegemonía porteña.
Buenos Aires y la Confederación (1852-1862) Justo José de Urquiza era gobernador de Entre Ríos, una provincia productora de ganado como Buenos Aires que se veía seriamente perjudicada por la política de Rosas, que no permitía la libre navegación de los ríos y frenaba el comercio y el desarrollo provinciales.
En 1851, Urquiza se pronunció contra Rosas y formó, con ayuda brasileña, el Ejercito Grande con el que derrotó definitivamente a Rosas en Caseros el 3 de febrero de 1852. Urquiza convocó a un Congreso Constituyente en Santa Fe que en mayo de 1853 sancionó la Constitución Nacional.
Pero aunque ya no estaba Rosas, los intereses de la clase alta porteña seguían siendo los mismos y Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina dieron un golpe de estado, conocido como la «Revolución del 11 de Septiembre de 1852».
A partir de entonces, el país quedó por casi diez años dividido en dos: el Estado de Buenos Aires y la Confederación (el resto de las provincias con capital en Paraná). La separación duró casi diez años, hasta que en septiembre de 1861, el líder porteño Bartolomé Mitre derrotó a Urquiza en Pavón y unificó al país bajo la tutela porteña.
- Organización nacional (1862-1880) Luego de la batalla de Pavón se sucedieron los gobiernos de Bartolomé Mitre (1862-68), Domingo F;
- Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-1880), quienes concretaron la derrota de las oposiciones del interior, la ocupación del todo el territorio nacional y la organización institucional del país fomentando la educación, la agricultura, las comunicaciones, los transportes, la inmigración y la incorporación de la Argentina al mercado mundial como proveedora de materias primas y compradora de manufacturas;
República liberal (1880-1916) En 1880 llegó al poder el general Julio A. Roca, quien consolidó el modelo económico agroexportador y el modelo político conservador basado en el fraude electoral y la exclusión de la mayoría de la población de la vida política.
- Se incrementaron notablemente las inversiones inglesas en bancos, frigoríficos y ferrocarriles y creció nuestra deuda externa;
- En 1890 se produjo una grave crisis financiera en la que se cristalizaron distintas oposiciones al régimen gobernante;
Por el lado político, la Unión Cívica Radical luchaba por la limpieza electoral y contra la corrupción, mientras que, por el lado social, el movimiento obrero peleaba por la dignidad de los trabajadores desde los gremios socialistas y anarquistas. La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el creciente descontento social, expresado por innumerables huelgas, llevaron a un sector de la clase dominante a impulsar una reforma electoral para calmar los ánimos y trasladar la discusión política de las calles al parlamento.
- En 1912, el presidente Roque Sáenz Peña logró la sanción de la ley que lleva su nombre y que estableció el voto secreto y obligatorio;
- Primeros gobiernos radicales (1916-1930) La aplicación de la Ley Sáenz Peña hizo posible la llegada del radicalismo al gobierno;
Los radicales gobernaron el país entre 1916 y 1930 bajo las presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) (1928-1930) y Marcelo T. de Alvear (1922-1928), e impulsaron importantes cambios tendientes a la ampliación de la participación ciudadana, la democratización de la sociedad, la nacionalización del petróleo y la difusión de la enseñanza universitaria.
- El período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves condiciones de vida de los trabajadores;
- Algunas de sus protestas, como la de la Semana Trágica y la de la Patagonia, fueron duramente reprimidas con miles de trabajadores detenidos y centenares de muertos;
Década infame (1930-1943) El 6 de septiembre de 1930 los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo encabezaron un golpe de estado, apoyado por grupos políticos conservadores, y expulsaron del gobierno a Yrigoyen, inaugurando un período en el que volvió el fraude electoral y la exclusión política de las mayorías.
En 1933 se firmó el Pacto Roca-Runciman con Inglaterra, que aumentó enormemente la dependencia Argentina con ese país. Se sucedieron los gobiernos conservadores (el general Uriburu, entre 1930 y 1932; el general Justo, entre 1932 y 38; Roberto Ortiz, entre 1938 y 1942, y Ramón Castillo, entre 1942 y 1943), que se desentendieron de los padecimientos de los sectores populares y beneficiaron con sus políticas a los grupos y familias más poderosas del país.
Ascenso y auge del peronismo (1943-1955) En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó al presidente Castillo. Dentro de este grupo se destacó el coronel Juan Domingo Perón, quien, desde la secretaría de Trabajo y Previsión, llevó adelante un política tendiente a mejorar la legislación laboral y social (vacaciones pagas, jubilaciones, tribunales de trabajo).
El apoyo popular a Perón lo condujo al gobierno en las elecciones de 1946. Durante sus dos presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón, que ejerció el poder limitando el accionar de la oposición y censurando a la prensa, impulsó una política que combinaba el impulso de la industria, el empleo, las comunicaciones y los transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón a través de la construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños y ancianos, y ayuda económica para los más pobres.
“Revolución libertadora” (1955-1958) En 1955 un golpe militar con amplio apoyo político y social derrocó a Perón, quien marchó al exilio. Tras el breve interregno de Lonardi, militar de corte nacionalista y católico, un nuevo golpe de comando puso al Ejército, representado por Pedro Eugenio Aramburu, y a la Marina, representada por Isaac Rojas, a la cabeza de un gobierno, cuyo objetivo medular era eliminar al peronismo de la vida nacional, apuntando fundamentalmente al movimiento obrero.
El decreto 4161 y los fusilamientos de junio de 1956, máxima expresión de la reacción, se combinaron con la reforma de la constitución (1957) y la implementación de un proyecto económico liberal ideado por Raúl Prebisch, que buscaba desmontar el modelo peronista y lograr la “estabilización” económica con el respaldo del FMI.
En este marco de violenta persecución, comenzó la denominada “resistencia peronista”, que se extendió también a numerosos sectores populares no peronistas. No sin oposición interna, el régimen militar concedió una apertura electoral que creyó controlar y que dio paso al período de las democracias condicionadas encabezadas por gobiernos radicales.
- Frondizi e Illia (1958-1966) En 1958 el líder de la Unión Cívica Radical Intransigente, Arturo Frondizi, llegó al gobierno tras sellar una alianza con Perón;
- Sin embargo, su política desarrollista, llevada a cabo mediante la contratación de empresas extranjeras para la extracción de petróleo y la gestión de un crédito del FMI, condicionado a la implementación de medidas liberales, no tardaron en granjearle la hostilidad del peronismo;
Para hacer frente a las manifestaciones de descontento, el gobierno puso en marcha el “plan Conintes”, que otorgó al Ejército la facultad de arrestar, detener e interrogar a gremialistas y opositores. Su política exterior y el triunfo del peronismo en las elecciones de 1962 precipitaron un nuevo golpe de estado.
Procurando salvar la institucionalidad, asumió el presidente del Senado, el radical José María Guido, cuyo gobierno estuvo tutelado desde las filas castrenses. Las elecciones presidenciales de 1963, con proscripción del peronismo, llevaron a la presidencia a Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical del Pueblo.
La anulación de los contratos petroleros, la Ley de Medicamentos y un aumento en la inversión en salud y educación cosecharon hostilidad en el empresariado. El peronismo, especialmente su base sindical, y la prensa llevaron adelante una fuerte campaña contra el líder radical, dejando el terreno libre para que, una vez más las Fuerzas Armadas, asestaran un nuevo golpe a la democracia.
El 28 de junio de 1966, Juan Carlos Onganía asumió de facto el mando del país. Contaba, una vez más, con amplio apoyo político y social. La “Revolución argentina” (1966-1973) El general Juan Carlos Onganía aplicó, con apoyo del FMI, un fuerte programa liberal orientado a satisfacer los intereses de los grandes grupos económicos, al tiempo que, bajo los auspicios de la Doctrina de la Seguridad Nacional impulsada por Estados Unidos, convirtió la persecución del peronismo en la del comunismo y de las guerrillas.
Implantó una rígida censura, que alcanzó a toda la prensa y a todas las manifestaciones culturales, incluyendo la intervención de las universidades y la expulsión de profesores opositores, que derivó en lo que se conoce como la “fuga de cerebros”. Sin embargo, las movilizaciones estudiantiles, las insurrecciones populares (como el Cordobazo) y la organización guerrillera debilitaron al gobierno provocando un golpe interno.
- En junio de 1970 asumiría Roberto Levingston, de corte nacionalista, que no lograría contener las protestas populares y la actividad guerrillera;
- Una segunda manifestación popular en Córdoba, conocida como el “Viborazo”, dio por tierra con este nuevo gobierno;
En marzo de 1971, asumió Alejandro Agustín Lanusse, quien propugnó una política conciliatoria, a través del GAN (Gran Acuerdo Nacional), permitiendo el regreso de Juan Domingo Perón y convocando a elecciones nacionales sin proscripciones para el peronismo.
En marzo de 1973, el triunfo sería para los candidatos de esa fuerza, Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima. Vuelta de Perón (1973-1976) Entre 1973 y 1976 gobernó nuevamente el peronismo con cuatro presidentes (Cámpora, 1973; Lastiri, 1973; Perón, 1973-1974; e Isabel Perón 1974-1976), quienes intentaron retomar algunas de las medidas sociales del primer peronismo, como el impulso de la industria y la acción social, el mejoramiento de los sueldos y el control de precios.
Pero los conflictos internos del movimiento peronista y la guerrilla, sumados a la crisis económica mundial de 1973, complicaron la situación, que se agravó aún más con la muerte de Perón en 1974 y la incapacidad de su sucesora, Isabel Perón, de conducir el país.
Esta crisis fue aprovechada para terminar con el gobierno democrático y dar un nuevo golpe militar, que contó una vez más con un amplio respaldo civil. Dictadura (1976-1983) La dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983 contó con el decisivo respaldo de los grandes grupos económicos nacionales y el financiamiento permanente de los grandes bancos internacionales y los organismos internacionales de crédito, como el Banco Mundial y el FMI.
El saldo de su gestión fue el de miles de muertos y desaparecidos, centenares de miles de exiliados, la derrota del Ejército argentino en Malvinas, la multiplicación de la deuda externa por cinco, la destrucción de gran parte del aparato productivo nacional y la quiebra y el vaciamiento de la totalidad de las empresas públicas a causa de la corrupción de sus directivos y de la implementación de una política económica que beneficiaba a los grupos económicos locales y extranjeros.
- Raúl Alfonsín (1983-1989) El 10 de diciembre de 1983, después de casi veinte años, el radicalismo volvía al gobierno tras el triunfo de Raúl Alfonsín;
- Empujado por la fuerza de los organismos de derechos humanos que nacían tras la feroz represión militar, el líder radical abrió las puertas a las denuncias y a una primera investigación sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, que se reflejó en el informe de la CONADEP y que permitió que fueran juzgadas las cúpulas militares en el Juicio a las Juntas;
Aunque insuficiente para algunos organismos, la política de derechos humanos de Alfonsín fue severamente atacada por amplios sectores militares, que produjeron el movimiento carapintada, los retrocesos hacia las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y el último intento guerrillero que culminó en la masacre de La Tablada.
Pero lo que había cambiado sustancialmente eran las bases económicas. Con el creciente poderío de los grupos financieros y un mecanismo de endeudamiento externo incontrolable, Alfonsín cedió ante las recetas liberales y no logró reencauzar una economía desindustrializada y anémica.
Con escaso apoyo social, frente a un peronismo conspirativo y con los grupos económicos en contra, la hiperinflación obligó a Alfonsín a renunciar antes de tiempo. Vendría el tiempo del “menemato”. Carlos Menem (1989-1999) La caída del Muro de Berlín y el fin de la era del mundo bipolar se combinaron con el avance de Estados Unidos hacia la región latinoamericana, cuya formulación más emblemática en materia económica fue el Consenso de Washington, una serie de medidas que establecían la aplicación en América Latina de un proyecto de corte neoliberal.
Carlos Menem, el candidato peronista que accedió a la presidencia en 1989, procedió paradójicamente a implementar este programa, que se encontraba en las antípodas de su prédica electoral y de los postulados históricos del peronismo.
La privatización de empresas estatales, como YPF, Aerolíneas Argentinas, Entel, Gas del Estado, entre otras, fue acompañada por una apertura indiscriminada del mercado a los productos y capitales extranjeros y por una política de “relaciones carnales” con los Estados Unidos.
- El proyecto se completó con el Plan de Convertibilidad monetaria impulsado por Domingo Cavallo y las renegociaciones de la deuda externa, que provocaron una mayor dependencia y endeudamiento;
- El modelo suscitó el apoyo de los sectores medios, que inicialmente se vieron beneficiados por la política monetaria y de importación;
Pero pronto comenzaron a hacerse visibles los efectos devastadores en términos sociales y culturales, con una explosión de la desocupación y de la pobreza, y con la visibilidad e impunidad de la corrupción a gran escala. A ello se sumaba una política de “reconciliación” plasmada con los indultos a las cúpulas militares que implementaron el Terrorismo de Estado y también a las guerrilleras. .
¿Que sucedió en Buenos Aires en 1810?
Se llama Revolución de Mayo a un proceso que se desarrolló en Buenos Aires, en mayo de 1810, y que concluyó con la destitución del virrey español y su reemplazo por una Junta de Gobierno local.
¿Qué pasó el 18 de mayo de 1810 para niños?
Viernes 18 de mayo El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, alarmado por las noticias que llegaban de España, donde las tropas francesas habían invadido casi todo el territorio y tomado prisionero al monarca Fernando VII, le pidió al pueblo a través de una proclama que se mantenga fiel al rey de España.
¿Cómo se llamaba la Argentina en 1810?
‘Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber : Provincias Unidas del Río de la Plata; República Argentina ; Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras ‘Nación.